María Pérez Galván · Abogada de Familia
"Separar matrimonio y patrimonio ayuda a resolver muy bien el divorcio"
María Pérez Galván (Osuna, 1955) dirige unas
jornadas nacionales que permiten reunir en Sevilla desde hace 18 años a
jueces, fiscales, abogados, mediadores y políticos para iniciar el
curso judicial al día de las novedades en torno al Derecho de Familia.
El encuentro, previsto para el 3 y 4 de octubre, sirve como foro de
reflexión para saber cuáles son las necesidades que demanda la sociedad y
cómo se puede adaptar la ley a ellas. Tras más de treinta años de
ejercicio, la pasión por el Derecho de Pérez Galván, medalla al mérito
en el servicio de la abogacía en 2006, le incita a estar en continuo
proceso de estudio y reciclaje.
María José Guzmán, sevilla | Actualizado 06.09.2013 - 09:59
-Tras 25 años especializada en Derecho de Familia. ¿Cuántos divorcios han pasado por sus manos?
-Las
estadísticas son relativas. Antes hacíamos separaciones y divorcios del
mismo cliente, ahora se modifican los convenios, hay segundos
divorcios... Yo empecé a andar con la ley aún vigente y he vivido toda
su evolución.
-¿Ya no se habla de malcasadas y desapartados?
-Esos
conceptos aún existen. En mi pueblo me llamaban la malcasada, pero eso
ha cambiado. Antes se ocultaba y ahora no se presume de ello, pero es
habitual ver nuevos modelos de parejas.
-Hay más tolerancia.
-Mucha más. Ya no es un escándalo que una mujer elija tener hijos sin tener pareja.
-Antes tenía mala fama.
-Sí.
Pero yo llevo 15 años separada y ya no siento que en una reunión con
otras parejas me vean como una cazahombres. Tenemos casi el mismo
tratamiento que las viudas y a algunas nos ven como heroínas, mujeres
valientes con independencia.
-¿Por qué se da hoy ese paso?
-Antes
la mayor causa de divorcio era la infidelidad y ahora los problemas
económicos. Cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la
ventana. Hay parejas que no iban ni mal ni bien y el desencadenante del
divorcio es el desempleo, sobre todo, cuando afecta al hombre.
-¿Qué ocurre?
-Las
mujeres siguen haciendo la función de madre, amiga, amante, cuidadora,
asistenta y trabajadora. Y ellos no asumen fácilmente el papel de cuidar
de los hijos y de la casa. Tengo mucha quejas de chicas de 30 a 40
años, banda de edad en la que se encuadra la mayor parte de los clientes
ahora, que te dicen que el marido se ha convertido en un nuevo hijo.
-¿Y no hay ahora quien no se divorcia por motivos económicos?
-Hay
casos. Pero no creo que por la crisis hoy se separe menos gente. Hubo
un boom en el que se decía que las parejas aguantaban ahora más y
llegaban a un acuerdo para seguir bajo el mismo techo compartiendo
gastos. Creo que eso es cerrar en falso una ruptura. Todos son
reproches: que si tú gastas mucha luz, que hay que ver lo sucia que está
ahora la casa, que si llené el frigorífico y lo encuentro vacío... La
clave es asesorarse bien cuando llega una crisis matrimonial.
-Más vale un buen acuerdo que un mal pleito, se dice.
-Pero no hay que tener falsas expectativas: el divorcio no te va a solucionar la vida.
-Aún hay quien piensa que un buen divorcio es sacarle lo máximo al contrario.
-Sí,
hay quien dice: te voy a machacar, a arruinar, a dejarte sin nada...
Eso se ha dado y se ha consentido. Hay abogados que te pueden arrinconar
y hacerte firmar un acuerdo que te hipotecará durante mucho tiempo.
-Una de las claves del convenio es la vivienda.
-Siempre
aconsejo que no se mezcle matrimonio con patrimonio, ayuda a resolver
muy bien el divorcio y a evitar que los niños sufran por culpa de los
padres.
-¿También se dan ahora menos pensiones compensatorias?
-Sí,
porque la mujer está más en el mercado laboral. Pero todavía hay casos
muy injustos de señores que estuvieron casados dos años y llevan veinte
pagando una pensión a una mujer que, lejos de recuperarse, tira de la
pensión y vive la vida.
-Pero los convenios pueden también modificarse.
-Se
puede hacer y se hace, pero hay que justificarlo. También es cierto que
hay que adaptarse a la realidad, hacer una reestructuración económica
en muchos casos cuando hay demandas por impagos de pensiones o de
hipotecas. La sociedad va demandando reformas.
-¿Y se acometen? Ahora hay una en marcha.
-Sí. La reforma de Gallardón plantea que el uso de la vivienda sea limitado.
-¿Y la custodia compartida? ¿Hay mucha demanda?
-Mucha. Ya hubo una reforma en 2005 y ahora se vuelve a acometer. Ya no será algo excepcional.
-¿Café para todos?
-Tampoco.
Eso lo hizo Aragón. Cada familia tiene que tener su tratamiento.
Queremos soluciones, no conflictos. La reforma me parece muy acertada,
pero hay feministas que se oponen.
-¿Por qué?
-Creen
que van a perder el poder de los hijos y, por tanto, la vivienda. No
van a tener ni la llave ni la pensión. Pero yo veo muchos padres en las
puertas de los colegios y
empujando carritos. Los niños no son más
felices porque la pensión sea más alta o más baja, sino porque puedan
estar igual de bien con mamá que con papá. Y si hay que quitarlos del
colegio privado, no pasa nada si se lleva bien. Al igual que pasa con
las segundas parejas, hay que hacerlo con cuidado y no llegar el primer
día diciéndoles que le llamen mamá. Los hijos tampoco deben ser correos
de los padres. Los divorciados deberían hacer un cursillo.
-Algo de educativa tiene la reforma en marcha, ¿no?
-Los
niños no son muebles que se llevan y se traen. El anteproyecto
contempla un plan de paternalidad, es fantástico. El cliente debe
explicar cómo va a aplicar el convenio y el régimen que se decida. Hay
custodias compartidas que nunca se desarrollan. Y para ello hace falta
ir a un especialistas. Nadie se deja operar el corazón por un oculista,
pero hay gente que para divorciarse va al abogado de la empresa, al
vecino que es amigo...
-Sois asesores legales ¿y emocionales?
-El
divorcio tiene mucho coste emocional. Si un cliente viene con rabia y
te conviertes en su vocero el conflicto nunca acaba. Pero si el cliente
confía en ti, como en el médico y hace el tratamiento, sale renovado
porque alcanza un buen acuerdo y cierra página. Si no, el coste
emocional se traslada a hijos y familia extensa. Da pena los abuelos que
dejan de disfrutar de sus nietos porque hay enfrentamiento entre los
padres.
-Lo ideal es siempre el común acuerdo.
-Ahí
todos ganan. Eso es lo que busca un buen especialista. Pero en nuestro
gremio hay quienes siguen considerando el Derecho de Familia una maría.
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